Habitualmente observo una cosa.
Algo que cada vez se hace más evidente.
Y es que las convicciones son una condena para el ser humano. Incluso esta convicción seguro que también lo es.
Me da igual del bando que seas. Si eres defiendes posiciones sin plantearte siquiera por qué lo haces, estás dentro de una convicción. Encarcelado.
¿Sabes cuándo se nota mucho este tema?
Cuando todo responde a una misma ideología. Cuando todo es de un mismo color. Cuando toda la vida, la forma de hacer y la perspectiva responde a lo mismo. Sin dar lugar u opción a entender otras visiones, otros ángulos.
En realidad, los estereotipos son algo que nos que nos acompaña en cada momento del día. Y es casi inevitable que cataloguemos a quien tenemos en frente basándonos en cómo viste, cómo actúa o cómo habla y, que extrapolando eso, deduzcamos(erróneamente a veces) la totalidad de su vida. Donde vive, a qué restaurantes le gusta ir, si tiene coche, qué coche, qué tipo de contenido consume, qué hace en su tiempo libre, etc.
Esto no está bien. Pero peor es lo siguiente.
Es que somos las propias personas las que nos encarcelamos. Nos convencemos tanto en que las cosas tienen que ser de una determinada forma, que no damos opción a pensar que pueden ser de otra.
Es curioso cómo la necesidad de pertenencia a una tribu, un colectivo, moldea cómo somos o cómo hacemos las cosas y no al revés.
Es decir, que no pertenecemos a una tribu porque coincidamos en la forma de hacer y ver las cosas en general, si no que nos acercamos a esa tribu por un motivo o tema concreto y en base a eso, a esa pertenencia, moldeamos todo lo demás.
¡Qué sin sentido! Es un sin sentido porque perdemos la esencia. Y se asume que si te gusta una cosa entonces tienes que odiar otra.
Así son las convicciones.
Y las contradicciones del mundo son insospechadas.
Te dejo con este pensamiento. Y te invito a que compartas conmigo qué piensas.
Aunque sé que me lees en la sombra.
Pero piénsalo, piensa si gran parte de lo que haces, las haces porque el grupo al que perteneces, el colectivo con el que te identificas, lo haría así y no te has parado a preguntarte cómo lo harías tú. Tú en tu individualidad. Tú con tu propio criterio.
Qué vertigo, eh.
Que tengas un buen día,
I.