Probablemente la falta de aceptación de la realidad sea la causa principal de la infelicidad.
Hay gente que se pasa la vida luchando contra ella o tratando de cambiarla, pero eso es inútil. La única manera de encontrar la felicidad es aceptar lo que es.
Aceptar tu realidad y la realidad del mundo que te rodea es el primer paso para poder cambiarla, al menos levemente. Si no te gusta algo de tu vida, primero debes aceptarlo y desde esa posición podrás tomar las medidas necesarias para cambiarlo.
No aceptar que el mundo funciona de una determinada forma es del género tonto.
Es pegarse un tiro en el pie.
Acepta la forma en que funcionan las cosas.
Entiéndelas y desde ahí, intenta cambiarlas.
Aceptar tu realidad también significa aceptar a los demás. Esto suena muy bíblico, pero es una verdad como una catedral.
Si no te gusta algo de otra persona, puedes intentar cambiarlo, pero lo más probable es que fracases llevándote por delante muchas cosas. A menos que la otra persona esté dispuesta a cambiar, no podrás hacer nada. Lo mejor que puedes hacer es aceptarla tal como es.
Tu realidad también está definida por tu pasado. Así que ya sabes. Aceptar tu realidad es aceptar tu pasado. Si has cometido errores, debes aceptarlos y aprender de ellos. No puedes cambiar lo que ya ha sucedido, pero puedes cambiar el futuro. 😉
Esto suena también mesiánico, pero fíjate que es una gran verdad.
Aceptar tu realidad es aceptar tus limitaciones.
Y el querer es poder es una patraña enorme.
Hay cosas que no puedes hacer. Y de aquello que puedes, hay que ser consciente de que hay cosas que no puedes hacer solo. Necesitas la ayuda de los demás.
La aceptación es el primer paso para la felicidad. Acepta tu realidad.