Hace años que sigo la pista al Instituto Tramontana. Desde que lo descubrí, me llamó la atención su forma de entender la formación: programas bien estructurados, atención al detalle y una estética cuidada hasta el extremo. Siempre me quedaba esa espinita de no poder apuntarme por incompatibilidad de horarios o prioridades. Hasta ahora.
Decidí que era el momento de darme ese pequeño lujo y matricularme en su programa Design Graduate. Y no me equivoqué.
Calidad que se nota
Si algo caracteriza a Design Graduate, es la exquisitez. Tanto en el contenido como en el formato, cada pieza del curso está pensada con cuidado y gusto. El material es de una calidad altísima, tanto que a veces sentía que estaba más cerca de una obra audiovisual que de un curso online al uso.
Desde los recursos descargables hasta las clases, todo fluye con una coherencia que se agradece. No es sólo aprender conceptos o herramientas, sino vivir una experiencia formativa que está diseñada para disfrutarse, sin prisas y con la profundidad que merece el diseño.
Te invitan a reflexionar, a pensar el diseño desde su función y su impacto.
Es fácil encontrar cursos que enseñen herramientas, pero pocos consiguen transmitir con tanta claridad qué significa diseñar con propósito.
Hecho con cariño
Si tuviera que resumirlo en una frase sería esta: se nota que está hecho con cariño. Hay un mimo en cada detalle, en cada explicación, que habla del respeto por el oficio y por quienes nos acercamos a él con ganas de aprender.